Desde que comencé esta carrera en letras me he topado con muchas cosas
tanto buenas y malas como le debe de suceder a la mayoría de la gente que
emprende algo y desea conocer el entorno y una de esas cosas obviamente son los
diferentes puntos de vistas que si bien a veces te divaga y comienzas a tomar
lo mejor para ponerlo en práctica a veces también te confunde aunque no quieras
y es allí donde hay un dilema ¿Quién tendrá la razón?
Como lo comentaba con una persona esta semana que pasó explicándole lo
que para los lectores significa “cliché” a veces el punto de vista masculino
que se enfrasca neciamente en “esto” o “aquello” no es siempre lo que por
ejemplo una lectora femenina quiere y “ojo” que no estoy tratando de
generalizar a los hombres (bravo por los lindos que nos ceden y dejar ganar una
pelea) pero la mayoría piensan de la misma manera y es aquí cuando una mujer
decide “yo le voy a demostrar que está equivocado” y más tratándose de una
novela romántica, terreno que se cree netamente femenino ¿y cómo? Haciendo lo
contrario a lo que él sugiere, al final el tiempo será quien dé la razón.
Como dije hace un tiempo leía que un escritor (masculino) decía que “uno
de los peores errores de la novela es que haya un secundario igual de guapo que
el prota” obviamente me reí cuando leí eso y me surgió la pregunta ¿pero y si
hubiera una secundaria tan guapa como la prota protestaría igual? (dejemos la
respuesta de tarea) No sé porque esta persona piensa eso, será para que por lo
mismo el protagonismo recaiga sólo en los personajes principales y no en el
secundario que llame más la atención pero ¿Cuántos libros hay donde muchas
veces miramos más al secundario que al prota? ¿Y eso le resta puntos a la
novela? Señores somos mujeres, el 60% indica que son ellas quienes leen más y
por lo tanto tenemos el poder para decidir al menos en la novela romántica, si
el prota es guapo y el secundario también o el villano ¿creen que la lectora va
a dejar el libro? Ni de chiste, entre más rellenen el chile más rico sabe, en
otras palabras entre más alimenten las fantasías mejor será la experiencia,
obviamente sin abusar y para muestra un botón que estoy segura conocen; una
autora creó una historia donde el protagonismo parece recaer no en la pareja
sino ¡en los hombres de su novela! Que creo son cuatro o cinco, el caso es que
ella los perfiló a cada uno de manera distinta y cada uno enamora de manera
distinta haciendo obviamente que la historia no se centre sólo en el ir y venir
de los protagonistas sino de otras parejas que sirven de soporte a su trama y
que yo sepa esto ha tenido muy buena aceptación por parte de las lectoras. Al
parecer las reglas se hicieron para violarlas y en el caso de la novela
romántica/erótica se vale ¡todo! Esto me demuestra a mí que el “error” del que
hablaba esta persona no es un error y aunque no se trate de llevar la contraria
es mejor a veces no regirse por reglas y escribir tu historia como mejor te
plazca.
En mi saga hay un secundario al que amo y se llama Jonathan, quienes han
leído lo conocen, lo perfilé como yo quise y sin darme cuenta me fue
envolviendo tanto que de verdad lo tengo muy dentro de mí, eso no significa que
le reste al protagonista que tiene lo suyo, como autoras los ponemos en
balanzas e intentar que vayan parejos y aunque para una siempre pese uno más
que el otro será la lectora quien al final decida, igual eso no es un error al
contrario, es la sazón de la novela porque una quiere saber qué va a pasar en
esa situación y aunque el tema del triángulo amoroso es un eterno cliché y se
pueden prever los finales al derecho y al revés nunca está de más una sorpresita
sea buena o mala.
Quienes han leído a mi chica Ariadna verán que los hombres sobran y como
en una piñata hay para escoger, yo quise hacer la historia así, hay un protagonista
que obvio es el más “poderoso” de todos por esto o aquello pero también está el
antagonista que se conoce en todo el libro y no por ser villano es menos
importante, al contrario, es un hombre maduro y atractivo que desea a la
protagonista hasta de manera enfermiza no reparando ni siquiera en la
diferencia de edades. A lo largo de la novela los hombres desfilan porque son
parte del diario vivir de Ariadna, primero su novio Lucas que obvio es guapo
pero dominante y caprichoso (es bueno sacarle lo malo a los guapos, no son
perfectos) luego aparece en escena Alonso, primo del anterior, un personaje que
me gusta mucho por su manera de ser (sin contar que es guapísimo también) y a
medida que se lee van pasando otros que como sea despiertan curiosidad aunque
aparezcan en uno o dos o tres capítulos nada más, como en el caso de Steve,
Derek, Jean, Hugo y hasta el mismo Logan (guarda espalda del prota) que hasta a
mí misma me da curiosidad por conocerlo más y no es que se trate que mi
protagonista femenina tenga complejo de pulga y salte de una cama a otra sino
que son personas que ella va conociendo a lo largo de su experiencia en la
historia hasta que deja atrás su pasada relación amorosa para darle una
oportunidad a otra.
Este artículo no se trata de profundizar en las diferencias de opiniones ni en los personajes secundarios
que son muy importantes sino simplemente poner un ejemplo a lo que hablaba al
principio y al tema de si el secundario debe ser guapo o no, un punto de vista
en donde las mujeres y los hombres difieren y si hay algo claro es que los
hombres tienen otro concepto del “amor” al menos en la novela romántica y eso
se nota en sus propios libros y en la manera de tejer –a veces tan dramática-
la historia.
Si Romeo y Julieta o Anna Karenina hubieran sido escritas por una mujer
reconozcamos que el final –con seguridad- fuera otro, lo mismo con Madame
Bovary o con Amistades Peligrosas, para muestra vemos el concepto de “romance”
que puede tener el autor de Juego de Tronos (casi todo es tragedia en ese
aspecto) las mujeres fantaseamos con finales alternos y escogemos el que mejor
nos parezca, los hombres sencillamente son prácticos y mucho más realistas pero
yo aplaudo cuando me encuentro historias de romance tan bonitas que me
arranquen un suspiro aunque sea en un párrafo cuando la obra ha sido escrita
por un hombre, como en el caso de la trilogía de Gabriel cuyo autor si me
demuestra tener esa “sensibilidad” al crear romance, algo
que es de admirar.
Para concluir sólo añadiré que si escribes una novela romántica primero
“investiga e infórmate” en tu entorno, no importa si es contemporánea o
histórica, investiga, lee y observa los diferentes puntos de vista y luego
compara, si es posible anota todo en una libreta y sigue escribiendo según tu
criterio y moldea tu trama como mejor te parezca que como dije es el tiempo
quien dará la razón. En otras entradas hablaré sobre las construcciones de la
novela (a cómo yo las he hecho) y por qué no también sobre lo que las lectoras
esperan de un libro al momento de querer leerlo. Los escritores tenemos mucho
que compartir.
Hasta la próxima.
Excelente artículo, amix. Yo tambien pongo a mis secundarios tan guapos como los protagonistas, y si son antagonistas igualmente lo hago. No podemos complacer a todo el mundo por que no seriamos escritoras, lo digo por que la mia no ha tenido la acogida que esperaba. Pero no por eso voy a dejar de escribir... ya habra quien le guste mi estilo.
ResponderEliminarHola Ale querida, que bueno verte por acá, me alegra que te guste el artículo, mira que fue un tema que me dio risa cuando lo supe pero qué decir, sómos mujeres y TODOS los queremos guapos jejeje, igual eso le pone más emoción a la historia pero como dices no podemos complacer a todos. No te apures por lo que te ha pasado, no somos monedas de oro ni tampoco del montón, te aconsejo que busques escritores y lectores que se enfoquen en la ciencia ficción y policíaca que es lo que te gusta y te abras camino por allí porque si te enfocas en lectoras de romance y más erótico obvio que rechazarán la historia porque no se centra en lo que ellas buscan sino que tu temática va más allá. Al menos te publicó una editorial que confió en tu estilo y supongo que eso ya es algo, no te desanimes y como dices sigue escribiendo, esa es la actitud, abrazos!!
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