martes, 24 de septiembre de 2019

La vida del escritor


Como autores planificamos todo, tanto el proceso de escritura como el tiempo de promoción en las redes y cuando tenemos la obra lista para publicar entonces comenzamos a compartir fragmentos, fan-arts, música y todo lo relacionado con la obra. Dentro de la PC tenemos todo nuestro mundo, nuestro trabajo, si, porque eso es, nuestro trabajo le pese a quien le pese, uno que hemos construido y logrado haciéndonos sentir satisfechos y por la confianza de tener ese trabajo ya hecho entonces se procede a dar una fecha de publicación y hasta la famosa “pre - venta” iniciando así una cuenta regresiva que llena de expectativa tanto al autor como al lector que espera la obra. Pero ahora imagina esto; Tienes tus manuscritos, diversos apuntes, tus programas de vídeos y varios vídeos hechos, fanarts, imágenes y ese tipo de cosas con las que un autor se ayuda, o sea todo tu trabajo (tu vida) metida en una máquina y ¡puff! ¿Cómo reaccionarías si a dicha máquina le da el patatus y en pleno auge laboral se te apaga para jamás volver a encender? Aparte de gritar tan alto como para que toda la cuadra crea que te están matando también sientes que el mundo entero te cae encima queriéndote morir en el mismo instante junto con la máquina. Sientes una desesperación horrorosa, toda tu vida que estaba concentrada se acaba, tu trabajo y todos tus logros se van al garete en segundos. Esto lo comparo yo como quien tiene su casa y un incendio arrasa con todo, sólo puedes sentarte ante las cenizas de todo tu esfuerzo y llorar, te sientes desnudo y desolado, terrible cosa ¿verdad? Por desgracia son cosas que jamás se esperan pero que te derrumban cuando suceden, porque suceden, imagina que todo tu trabajo, tu trabajo de años se pierde así sin más, ¿cómo volver a empezar? Puedes hacerlo pero hay un antes y un después que te marca y de esta experiencia quiero hablarte.
Esto me pasó la tarde del 28 de Abril y ese día lloré peor que quien llora un pariente en un funeral. Cuando pasan estas cosas no sabes qué hacer, la mente se te nubla porque lo primero que piensas es que el disco duro se arruinó y allí acabó todo. Personalmente me moví por mi cuenta comunicándome con algunas personas y la mayoría en vez de ayudar constataron lo que verdaderamente son. Es en momentos así cuando conoces quien te aprecia y quien no y por salud emocional a esta gente ahora la deseo lejos de mi vida y olvidar que la conocí porque si no ayudaron cuando tenían la oportunidad (y pudiendo hacerlo) ¿creen que habrá un momento en que lo harán? La respuesta es no y solo podrán entenderte cuando pasen por lo mismo y estén en tus mismos zapatos.
El simple diagnóstico de la máquina me costó algunos altibajos y una deficiente agilidad para actuar por parte de un servicio técnico (lento) como también otros problemas que de igual forma te marcan y hacen que definitivamente no confíes en nadie porque en cuestiones de dinero no cuentas ni con tu sombra. No me resignaba decirle adiós a todo, no a mi trabajo de ocho años, estaba dispuesta a pelear con quien fuera y obtener los recursos para volver a tener mi máquina y lo hice. Mientras pasaba tragos amargos, uno tras otro, con lo único que pude ayudarme para medio seguir promocionándome fue con el móvil y Twitter. En mi instagram privado subí una foto de la máquina y comenté llorando y desesperada lo que me había pasado, si, lo admito, esa tarde me quise morir, no bastaba con que me dijeran que volviera a empezar, que volviera a escribir, que todo iba a estar bien y que siguiera adelante, les diré que no hay chiste cuando ya tienes historias casi completas y varios archivos sobre el tema y crees perderlo todo, volver a empezar eso no basta ni te consuela, ¿cómo volver a escribir el mismo libro otra vez? ¿Cómo volver a tus investigaciones si todo lo tenías en la pinche máquina? Booktrailers guardados que ya estaba casi listos para editar y grabar se perdieron. ¿Se dan cuenta la desesperación? pero tuve que controlarme y tratar de pensar con calma. Para no hacerles el cuento largo, el hecho es que tuve que comprar otro CPU y decirle adiós al anterior por el costo que no valía reparar. Experiencias así te hacen pasar por latigazos a cada paso ¿pero saben qué? Se trataba de mi trabajo, de algo muy importante para mí, todo lo que un escritor pueda pasar por cumplir sus sueños no se considera sacrificio y a pesar de todo, si hay algo que le agradezco a Dios con el alma entera es que la info del disco estaba intacta, por lo tanto no se perdió información pero si me dan lata algunos programas que no abren o que de plano me dicen que hay que instalarlos otra vez. Sí, no tengo el movie maker, no tengo un Adobe ID (lo cual molesta porque es algo que necesito con urgencia) y otra serie de cositas que la máquina no reconoce y por lo tanto no abre archivos pero por lo demás al menos sigo viva y con las ganas de seguir en la faena y con más fuerza porque tengo proyectos que entregar a los lectores.
Obviando la mala experiencia así como a la mala gente que no sirve para nada, el haber recuperado mi vida es algo que no tiene precio, el volver a tener la máquina y seguir trabajando en lo que amo hacer, el tener de nuevo esta (parcial) paz y volver a mi labor en las letras me ha hecho renacer como el Fénix. La vida de un escritor es esta, sentarse cada día frente a un teclado, con una rica taza de café y con toda la inspiración por delante para crear su mundo y sus historias maravillosas.
¿Te ha pasado que se te daña la computadora y crees morir? ¿Crees que has perdido todo tu trabajo de años por tenerlo dentro de una máquina? ¿Crees que no hay solución? Como ves es algo que entiendo, cuéntame tu experiencia.