martes, 21 de julio de 2020

La escritura en tiempos del Covid


Sin duda alguna que la pandemia que azota este 2020 nos ha puesto de cabeza a todos (o mejor dicho de rodillas) porque creo que nadie jamás se imaginó el giro que esto iba a tomar y no quiero comentar las estadísticas actuales a nivel mundial (porque cada país carga con su cruz) que son un drama infernal que creo que los que vivimos hasta la fecha nunca nos imaginamos ver. Pero una cosa es ser espectador y otra, vivir las cosas muy de cerca o hasta en carne propia. 

Hace dos años dejé mi querida Tegucigalpa sacrificando todo y me duele mucho ver que ahora es el epicentro de la enfermedad en Honduras. Hace dos años cuando la dejé pasé tres meses sin cable y sin internet debido a la mudanza (reto a que un autor pase por esto a ver si se aguanta) y hace un año viví mi propia oscuridad personal; se me daña mi querido CPU donde tenía todo mi mundo y mi trabajo y creí morirme, (reto a que un autor pase por esto) viví la peor desesperación pero evité caer en depre porque eso me haría más daño. Resulta que no tuvo arreglo el aparato pero gracias a Dios el problema no fue el disco así que pude sacar todo lo que se podía rescatar, (me hice de una cuestión como disco USB y allí metí todo) y eso me salvó un poco pero seguía sin tener CPU así que con sacrificio pude hacerme de otro aunque sentí que la tienda donde lo adquirí me estafó (esa es otra historia) en fin, no es fácil trabajar en un CPU (nuevo/usado no tengo claro) que para colmo el Windows 10 por el que pagué aparte la activación, al poco tiempo se desactivó sin que el bendito técnico que me atendió (y me mintió) me solucione esto hasta la fecha. Apenas y me instaló ciertos programas y otros no, el caso es que no tengo la misma facilidad para escribir y publicar como la que tenía antes. (Los programas anteriores que tengo en sus discos no se pueden instalar y ese es un dolor de cabeza) Para colmo no tengo antivirus por eso no puedo hacer ninguna descarga ni tener programas ajenos (de la red) para evitarme dolores de cabeza (las imágenes que uso son porque ya las tengo.) El caso es que el año pasado fue un año malo para mí en lo personal por este motivo y pasé más tiempo desconectada que conectada, primero en Mayo, Junio y Julio y luego en Noviembre, Diciembre y Enero, (reto a que un autor soporte esto) Ah y para colmo también sin móvil, (si, prueben a ver si aguantan) es que fue un año del carajo para mí, algo así como una conspiración directa en mi contra.
Pero lo superé, a medias creo yo pero sigo de pie, porque que feo es que tengas tantos proyectos en los que trabajar y a tu única máquina le dé el patatus. (Pasen por algo así y luego me cuentan si se quisieron morir o no)

Y por eso mi más reciente publicación “Diana” se quedó en “stand by” (otra vez y llegué a pensar en que no debía publicarla) pero llegó su tiempo y lo logré, me dediqué por entero a pulir el manuscrito en papel mientras estaba sin compu y eso logró distraerme ese tiempo de oscuridad para cuando tuve la máquina, trabajar luego en el archivo que ya tenía adelantado y dedicarme de lleno a la historia, a una que recién vio la luz y por fin está publicada. (Valoren eso por favor, ustedes no tienen idea de las que pasamos para entregar un libro y no es justo que nos ignoren, leer, comentar y calificar no te cuesta nada y nosotros te agradecemos tu tiempo, luego no se quejen si el autor decide no seguir con la continuación de los libros.)

Sin embargo, el azote que hemos recibido este 2020 como dije nadie se lo imaginó y todas las empresas, grandes, medianas y pequeñas se han visto afectadas, así como los empleos porque esta enfermedad vino a acabar con todo y como dije, a poner al mundo de rodillas.
Y los escritores no somos la excepción, los libros digitales se siguen vendiendo pero creo que no como antes y los de papel… pues parece que la producción impresa también ha disminuido y más por la distribución, ya que muchos países han cerrado sus fronteras y ese es otro lío. Se ha llegado el momento de priorizar los gastos y obvio, lo primordial son dos cosas; comida y medicinas.
No quiero ahondar sobre la calamidad que el covid está dejando porque es un drama de nunca acabar, "cuando lo positivo es negativo" jamás se pensó que algo “positivo” iba a ser “negativo” porque ahora las personas positivas al virus las ataca la negatividad, la ansiedad, la depresión y hasta el suicidio en una cadena de ataduras que sólo Dios puede romper y librar. (Porque no le eches a Dios la culpa de lo que hace el hombre en su orgullo, autosuficiencia y provocación, esto es consecuencia del mismo hombre pues entonces que asuma lo que sus actos acarrean)

Ser escritor en este tiempo o mejor dicho, seguir siendo escritor no es fácil. El autor necesita tranquilidad emocional, paz, inspiración, ¿y cómo lograrlo si las noticias a nivel mundial acribillan recordándote lo que se está viviendo y el luto de miles de familias y su calamidad por el hambre? Es imposible aislarse en ese aspecto, de hecho muchos sufren este nuevo “estilo de vida” en donde se vive un confinamiento total o parcial (según el país) yo ya lo sufrí, tenía un horario en donde lo cumplía a cabalidad, mis salidas eran los fines de semana a hacer las compras del supermercado para la siguiente y salíamos a pasear en familia a algún mall, a comer pizza o a ir al cine o a la playa pero disfrutábamos el tiempo libre, ahora no. Ahora toca salir según tu último número de identidad, en un horario de ocho de la mañana a cinco de la tarde el día que te toque y si no lograste hacer todas tus vueltas (porque es imposible) te fregaste y debes esperar salir dentro de dos semanas otra vez. Ahora se sale a la calle bajo la gracia de Dios, con mascarillas en la cara y pañuelos en el pelo y hacer un ritual de regreso para evitar contagiar a alguien en donde te debes desnudar en la puerta de tu casa, echar esa ropa en detergente y limpiar lo que trajiste (bolsas y víveres) con un paño con cloro, luego correr a bañarte, desinfectarte toda y asear ese piso por donde pasaste, lavar ropa, lavar zapatos, lavar verduras y frutas y ese ajetreo te hace terminar súper agotado, más de lo que ya estás porque en Honduras no hay transporte entonces toca caminar para ir a comprar el que no tiene carro. O sea, llegas cansado de la calle y te toca trabajar en ese ritual al llegar. ¿Creen que después de eso al menos yo voy a sentarme frente a un monitor? Ni de chiste, después de todo eso me tomo una pastilla para el malestar de cabeza y cuerpo, tomo mi café (indispensable) y me meto a la cama, ni leer en papel me apetece, sólo quiero cerrar los ojos sin oír ni el sonido de una aguja caerse, ¿entiendes? Las cosas cambiaron, largas filas en los bancos y un tiempo mínimo de compra en los supermercados estresa, ahora es cuando más se ama la cama, es lo único que sé.

Pero ¿qué hago para sobrellevar mi vida de escritora? Yo que soy obsesiva del tiempo y mis salidas me ponen de mal humor porque ya el tiempo no es mío sino que debo acoplarme a otro. Sigo imponiéndome un horario, uno donde escribo, uno donde hago publicidad y uno mínimo en redes sociales. Aislarme del entorno (esa no es novedad, de hecho lo único bueno de este confinamiento es el aislamiento social que agradezco pero que nadie cumple) no ver muchas noticias (imposible cuando tienes una madre que sólo quiere verlas y que mejor distraigo con películas o sus novelas) pero esto es lo que hago:

*Sigue a rajatabla el horario que te impongas: sí, sé disciplinado y ponte uno si quieres seguir escribiendo, sé organizado y constante. Siempre lo he dicho.
*Aléjate de los noticieros; eso deprime más y corta de tajo tu concentración e inspiración, en serio, no se trata de que seas indiferente a lo que pasa en el mundo, es imposible no serlo pero si estás pendiente de noticias mientras escribes estás fregado.
* Si eres obsesivo como yo y te pican las manos por escribir esa idea que tienes rondándote en la cabeza, entonces escribe en papel, no dejes todo a una máquina que cuando le da el patatus puedes perder todo y allí si vas a desear morirte. Escribir en papel a mí me ayuda muchísimo, tengo más papel que una tienda de útiles escolares, casi todos mis libros han nacido así.
*Aíslate al momento de escribir y escucha música: Sí, la música es la mejor terapia para todo (claro que depende del tipo de música porque algunas a mí se sacan a la madre de Grendel que llevo dentro o a Daenerys y me dan deseos de calcinar todo, si es cierto, hay música que sacan el lado destructivo) según tu gusto escúchala en la radio, en tu reproductor, en Spotify e incluso en el televisor. Hay sistemas de cable que tienen buenos canales de música por géneros, a mí me encantan y no te distraen porque no son videos como los de Youtube sino sólo la música que se reproduce, lo único que la pantalla te muestra es el álbum y el artista, los recomiendo, especialmente si debes hacer la limpieza de la casa.
*Cuando escribas en el monitor desconecta el internet; eso te distrae y no vas a avanzar o lo harás muy lento. Hazte un tiempo o dedica un día de la semana, (yo generalmente lo hago el domingo) y en mi cuenta de Hootsuite programo las publicaciones para fb, twitter e Instagram. Cuando escribas dedícate sólo a eso, para las redes hay otro tiempo.

Estos son algunos de mis consejos, esta es parte de mi burbuja, la verdad siempre los he hecho, este tiempo de pandemia en lo personal no me ha cambiado mucho mi rutina personal de escritura, lo único es ese lío de cuando toca salir que es un día estresante y que obvio si me cambió la agenda pero por lo demás no siento tanto cambio. Sin embargo sí lo hay para otros, en donde el estrés los agobia más, si eres escritor en tiempos del covid y sientes perder tu horizonte y que estás bloqueado, te animo a seguir mis consejos. Te lo digo yo como ejemplo que en estos últimos meses he vivido de cerca dos casos en personas muy cercanas, a uno la suposición quebranta y al que ya es positivo, el negativismo y el terror también quebranta. Y también se quebranta el saberlo el pariente o el amigo porque por desgracia con este enemigo invisible no se sabe cómo actuará o si ya se tienen los días contados. Es un terror espantoso que te quita hasta el 50% de concentración pero aún así, sigue escribiendo, de enojo, de dolor, de frustración, escribe todas tus emociones porque no todo es alegría ni ser felices para siempre. En medio de esta calamidad —de la que mi familia puede dar fe— yo seguí, gracias a las oraciones de muchos que me dio paz y más confianza en Dios. 

Traté de concentrarme en la edición de Diana (mi más reciente libro publicado) y así mismo nació un relato que me ha servido de refugio y en el que sigo trabajando. Ya lo terminé de escribir en papel (quise hacer un reto de escribir en un mes) y ahora sólo debo pasarlo al Word, es algo que estoy compartiendo por capítulos en Booknet así que espero les guste, hasta el momento a encantado (es romance erótico, más erótico que romance) y pues como ven, si se quiere se puede. 
Deja que tu mente siga siendo tuya, el 70% de las afecciones en las personas proviene de lo que tanto piensan debido a la preocupación y yo decidí controlarme, el estrés sigue pero hay que saber controlarlo y no dejar que te controle. El escritor debe ser capaz de crear historias en cualquier circunstancia porque ese es el talento. Aprovechar cada emoción es una de las principales herramientas.
¿Y tú cómo pasas estos "tiempos de pandemia"? Reflexiona en este artículo.









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jueves, 9 de julio de 2020

La necesidad de escribir erótica

Esta es una entrada algo subida de tono (y si el título te encrispa pasa ya de largo y no sigas leyendo) pero debo actualizar el blog y quiero hacerlo con un tema que ya me rechina y que quienes escribimos, no nos vamos a cansar de machacar y ese es; el erotismo en las novelas escritas.

(Aquí vengo yo de metida en defensa del gremio de autores de literatura erótica)

No sé qué pensar de las personas que critican las novelas eróticas. ¿Por qué se ofenden? ¿Por qué son tan hipócritas y se revisten de moral cuando en realidad llevan la perversión sexual en la sangre? ¿Sabías que esa gente que tanto critica las novelas o películas eróticas en algún momento de su vida lo practicaron y seguramente les fue mal en la experiencia? ¿Sabías que esa gente que critica es en realidad adicta a la pornografía y ese es su mayor secreto? ¿Sabías que ese moralista que se llena la boca de decencia ha sido en realidad el peor de los adúlteros y fornicarios? Todos los que son adultos en algún momento de su vida han llegado a la perversión sexual, tal vez no tanto en la práctica pero si en el deseo y mejor ni me meto con quienes se creen religiosos porque por experiencia también les digo que son los peores “moralistas en público y pervertidos en privado” como lo dice Brian, el guitarrista de Queen en la película de Bohemian Rhapsody. ¿Te ofende que se diga la verdad? Pues métete mis palabras por donde te gusta. Lo que he dicho en este momento ha sido una necesidad y no se lo he dicho a Pedro para que lo entienda Juan, no, lo he dicho directamente por cierta gente, gente que conozco y me conoce, gente a la que si sigue hurgando le diré las cosas públicamente porque si bien yo fui criada de una manera, es mi pinche problema si quiero vivir mi vida de otro modo y escribir sobre sexo y temas relacionados, ¿qué acaso no es parte de la vida? El que esté libre de pecado que lance las piedras. (El moralista piensa que la perversión, ah no, que la “sexualidad” debe quedarse en sus cuatro paredes y jamás que se ande divulgando ni describiendo porque entonces nos hace “indecentes” pero tarde o temprano sus demonios le saltarán y el pasado siempre regresa para ajustar cuentas) y ahora que ya me desahogué (de manera diplomática) voy con el tema.  

Toda novela escrita por muy romántica que sea lleva su pequeña dosis de erotismo, mínima pero la lleva, con la breve descripción del momento basta. Ya lo he dicho en uno de mis más recientes artículos, está la novela romántica erótica, la que es más erótica y las otras que catalogo como “novelas sexuales” porque son bastante porno, esa es la realidad. Si en la novela que lees la escena sexual es “light” (o sea ligera) es decisión del autor porque su erotismo se basa más en la sensualidad y en las sensaciones sutiles que se puedan despertar, a mí me encantan esas tramas que van de a poco, que te dejan con ganas de más, que sientes que el prota te va acariciando el alma, que sólo sus palabras y acciones te prenden hasta desearlo y que cuando por fin se llega el momento, tal vez no se describa tanto pero si lo suficiente para que te sientas satisfecha. Esa es la novela romántica erótica, la que despierta sensaciones de a poco. La novela erótica es la que entra de lleno en el acto y lo describe sin pudor, tal vez no con un lenguaje tan subido de tono pero si la escena sexual es bastante descriptiva y dichas escenas se pueden repetir en todo el libro según como al autor le parezca (pero tampoco tanto como para rellenar porque es libro y debe tener una trama y no que los protas pasen como conejos o su equivalente → 10% trama 20% romance 70% pasar "follando" ¿qué es eso?) y las que catalogo “novelas sexuales” porque son como una película porno pero escrita, o sea, lo de imaginación es poco porque va directo al grano (se conocen y chan chan) y como voyerista te hace partícipe de lo que los protas hacen, ¿qué tanto tienen estas novelas? Ya tengo un artículo sobre el tema que te invito a leer dando click en el siguiente enlace. → ¿Novelas sexuales?

Pero volvemos al mismo dilema, ¿cuál es el problema de la gente con esto? ¿Qué acaso nunca han tenido sexo al menos una vez? ¿No han cumplido alguna fantasía? Ah no, el problema no es ese, el problema no es si lo ha gozado o no, el problema es que son temas demasiados íntimos como para que se lean, son situaciones que deben quedar en privado y jamás hablarse, porque quienes lo hacen ya se catalogan de inmorales y pervertidos. ¿Y qué si el sexo también puede leerse? Yo tengo una opinión muy clara de este tipo de gente y me disculpan por lo que diré pero el religioso (por lo general) es el peor, ¿saben por qué? Porque desea lo que se le ha prohibido y el pecado como sea atrae, como tengan sexo con sus parejas ese es asunto de ustedes, si han conocido o no un orgasmo es asunto de ustedes, si por falta de pareja recurren a la masturbación también es asunto de ustedes, al menos a mí no me importa ni me interesa, carajo, pero si piensan que por cualquier cosita ya están pecando y pasan en penitencia entonces les aconsejo algo; NO SEAN AMIGOS DE UN ESCRITOR SECULAR (no importa tu religión) porque todos, independientemente del género o de la trama deben escribir su dosis de erotismo sea suave o crudo y si les ofende las fantasías eróticas que están escritas pues lean sólo tratados religiosos y cuentos infantiles. Les recomiendo dos libros muy buenos; “Los cinco lenguajes del amor” y “El sexo ordenado por Dios” y quédense ahí, sin experimentar nada más.


Las novelas eróticas ya no son un simple gusto sino una necesidad, un deseo de expresar “a nuestro modo” historias que otros ansían leer aunque sea por entretenimiento. Vivimos un tiempo en que necesitamos divagarnos de tanta tensión y de la horrible realidad que nos rodea. Tanto para el escritor como para quien lee es un gusto, la erótica es uno de los géneros más apetecidos, más escritos, más leídos, más criticados y más demandados y también por donde más se ofende a quien la escribe. El erotismo es para los libros (del género) como el condimento que se necesita para darle más sabor a la comida a parte de la sal. Es una herramienta de la cual echar mano y cada quien la utiliza como quiera y a su estilo, ¿por qué juzgar? Recuerdo que hace tiempo atrás una autora recibió una serie de ataques no tanto por sus obras eróticas, (y no sé qué clase de lenguaje habrá utilizado porque ese es otro factor) sino por su apariencia que según, distaba y contrastaba demasiado de la ficción a la realidad, ¿y es que quien escribe erótica está obligada a ser una Barbie o una coneja Playboy? ¿Ya sacan la discriminación hasta en esto? O sea, ¿debe ser una mujer perfecta en cara y cuerpo para que llene las expectativas “masculinas”? Las novelas escritas son eso, ficción nada más y cada quien expresa dichas fantasías como mejor les parezca pero lo que me molesta es que se crea que quienes escribimos así lo hacemos por algo en concreto y las suposiciones comienzan a saltar; “que si eso quiere, que si eso le gusta, que si lo ha practicado, que si lo quiere practicar, que sólo sexo tiene en la cabeza” y así un largo etcétera… ¿Qué si tenemos fantasías con alguien en concreto? A nadie le importa, ¿Qué si deseamos algo en específico? Tampoco a nadie le importa, ¿Qué si estamos solas o acompañadas? Tampoco a nadie le importa. Escritoras de novela erótica hay muchísimas y las seguirá habiendo y los libros de la misma temática se seguirán publicando y se seguirán leyendo para que aunque sea en la ficción, se nos llene un poco ese vacío que en algún hueco del alma tenemos. Adoramos a los protagonistas masculinos (dependiendo de cómo sean) y quienes escribimos adoramos crearlos, los amamos. Toda autora ama a sus protagonistas aunque el lector les vea miles de imperfecciones y vuelvo a darte este consejo, si no te gusta leer novelas eróticas entonces consigue otra clase de amigos pero no critiques, no te creas santo y deja vivir a los demás que quieren vivir la pinche vida como lo deseen porque así son felices y como dice una canción “Qué importa vivir de ilusiones si así soy feliz” Por eso nosotras, las escritoras nos volvemos exigentes, no estamos tan locas, no, simplemente sabemos lo que queremos y cómo lo queremos y muchas veces más vale sola que mal acompañada porque las fantasías resultan mucho mejor que la realidad. Sí, te duele en el ego pero te aguantas. Piénsalo muy bien antes de criticar a una autora de novelas eróticas porque ¿sabes qué? Puede que te quede grande la yegua y como jinete le quedes debiendo.
Nosotras disfrutamos mejor el asunto.

No obstante (y en lo personal) aclaro que no todas las escenas son fáciles de escribir, ni tampoco se gozan (en el buen término) hay algunas que no y a mí me ha costado plasmarlas porque no me han hecho sentir bien y sin embargo, a veces son hechos que deben plasmarse con un vuelco de nuestra imaginación para la ficción. Como ejemplos te daré tres escenas de "La Emperatriz" (ficción histórica sobre la piratería en el Caribe) la primera cuando llegan a la isla de la Tortuga a la taberna de Césare y Matt ve con sus propios ojos la sodoma que se tienen los hombres al comer y tener sexo a la vez (fue algo repugnante) la segunda escena, cuando Barrabás llega a buscar a Salamandra a su barco y lo encuentra teniendo sexo con cuatro prostitutas al mismo tiempo, como se describe la escena y los diálogos no me fueron fáciles pero lo hice y la tercera escena; cuando una joven "Elizabeth" es llevada a un búrdel en Asturias para que le enseñen las artes amatorias y que también pierda la virginidad. Esa escena donde ella fue una "observadora" del asunto (para que viera cómo era el trámite) tampoco me fue fácil describir pero debí hacerlo. De hecho, en mi reciente publicación, "Diana" (libro cuatro de las chicas Warren y el más erótico de la serie) hay una escena que de verdad me costó mucho escribir y que estaba dudando en publicarla, muchas veces quise eliminarla, lo pensé y lo pensé porque no es nada agradable pero al final lo dejé. Se trata de la experiencia de una chica en Las Vegas y dejaré que seas tú quien lea y decidas sobre el suceso. Así que como ves, hay cosas en el erotismo que rebasan la delgada línea y pasan a lo porno y a la perversión sexual, esto ya es asunto de quien escribe y cómo lo hace. (No todo es placer)

Y agrego un plus para el envidioso; deja ya de estar denunciando perfiles, o cuentas de escritores en cualquier red sólo porque “a quien tú sigues” te ofende lo que publica, ¿entonces para qué lo sigues? ¿Quién se tiene que ir al carajo? Busca algo de provecho que hacer y ya no estorbes, o estás dentro de la casa o afuera pero no en el umbral estorbando y antes de criticar reflexiona primero (sobre ti mismo) si no, vas a hacer el ridículo y terminarás siendo burla porque al menos el que escribe no niega la cruz de su parroquia, ¿y el que critica? ¿No prefieres quemarte (en el infierno) con dignidad al menos?

Y para quienes aman la erótica —de paso— les hago la invitación cordial para que lean mis obras más recientes y publicadas, te invito a leer ya el cuarto libro de la serie de mis chicas Warren disponible en Kindle (el más hot de los libros de la serie, te lo advierto) y también mi más reciente relato erótico titulado "Siete Días Siete Noches" que publico por capítulos en Booknet. Un reto que estoy disfrutando. ¿Me acompañan? (sólo si disfrutas el género si no, pasa de lejos)











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