domingo, 29 de abril de 2018

El uso de los sinónimos en los libros

“Lo que quiero decir es que cuál es el motivo, razón o circunstancia…” decía casi siempre el querido profesor Jirafales valiéndose de “sinónimos” para hacerse entender antes de desesperarse pero es que a veces el uso “excesivo” de algunas palabras de verdad que hartan y más cuando dichas palabras se repiten y repiten y repiten haciendo que te provoquen no sólo mareos sino hasta náuseas, ¿les ha pasado? 

Se dice que esta semana que acabó es dedicada al libro, no sólo por lo del 23 de Abril que celebra a Cervantes y su Quijote sino también porque coincide con la muerte de Shakespeare y de ahí que se denomine “día internacional del libro” y no sólo del idioma. Pues bien, me había dado a la tarea de terminar una lectura que tuve que dejar a medias y tomarme un respiro, no es que el libro esté mal como lo hablo en otro artículo sobre los que he dejado, al contrario, no está tan mal, es pasable la historia, engancha, se aprecian unos personajes pero otros como que sobran porque se opacan o no sé si es por la trama del libro que el autor quiso tejer, el caso es que lo había dejado y en estas últimas dos semanas decidí retomar la lectura y terminarlo, lo que fue una hazaña pero al menos debía conocer el final que para colmo me dejó un sabor agridulce (y eso no me gusta ni como marinada en la carne) lo que me decepcionó un poco.

Para no entrar en controversia no diré ni el nombre del autor (a) (que ya había tenido la ocasión de leer) ni la editorial que lo respalda (que me deja pensando un poco) pero lo que si tengo derecho es a protestar por lo que jamás en mis años sobre esta tierra me había pasado ni había hecho con un libro (ni siquiera con El Hobbit o la trilogía de El Señor de los Anillos, vale que ni con Juego de Tronos y con eso ya les digo bastante) y es tener que valerme de un diccionario de sinónimos para poder entender ese “enrevesado” lenguaje que se utilizó, (algo que no me pasó con su libro anterior) ¿el autor o el editor? Quien sabe pero tanta palabra “rara” en cada frase me hacía detenerme en la lectura, buscar dicha palabra, subrayar lo más “entendible” y seguir leyendo, ¿creen que fue gracioso? Para nada y no es que se ignoren las palabras sino que se duda del significado que se quiere decir en realidad, ¿han leído cosas así? Es que hasta pesadillas tuve y no miento, esas “palabritas” me martillaban en la mente a tal grado que no creo volver a leer ese libro por muy bueno que sea de cierta manera, en serio me dio pesadillas y no era tanto la trama porque el escritor (a) pudo haber sacado el mejor provecho para una paranormal o hasta de terror, (sin embargo no lo hizo) tenía el tema perfecto y el escenario pero un personaje masculino que para su profesión tipo “Robert Langdon” o “Indiana Jones” me quedó debiendo pudiendo dar más con eso de parecer detective y dedicarse a la investigación del caso que le ocupaba pero no me convenció y la prota ni se diga, (yo rodando los ojos) la trama (con algunas cosas que no cuadraron porque no se vuelven a mencionar entonces no sé qué ondas) no me quedó claro en donde encajaba, dizque es de misterio y suspenso, con su romance y erotismo (y este último muy repetitivo, demasiado, hastiado y cansino que no venía tanta escena al caso, otro relleno más que sí pudieron no editar sino eliminar porque no aportaba nada de nada, yo me las salté) y su toquecito de historia que era lo que en realidad me llamaba la atención y salva en algo el escrito, no sé si quisieron imitar a Dan Brown pero igual, con todo el teje y maneje de unos personajes y luego de otros no fue eso lo que me daba las pesadillas sino las dichosas “palabritas” que como digo me terminaron hartando porque para colmo se repetían y repetían (en serio que me siento hasta traumada.) La verdad no las conté pero se repetían a lo largo de todo el libro y eso me hizo la lectura bastante pesada, ¡peor que los sufijos terminados en “mente”! ¿Se imaginan? (Y lo digo por experiencia) ¿y el editor? A veces terminaba de leer con dolor de cabeza y como dije, el final del que tenía mucha expectativa no fue lo que deseaba leer, la acción se quedó a medias (basado en lo que se supone fue todo el libro) ni el uno ni el otro fueron personajes con fuerza (lo que sí sentí en los secundarios) de por si antes de la mitad del libro ya se podían deducir muchas cosas que no me extrañaron al final, hubo algo que sí al terminar el libro me descolocó en un diálogo que mejor ni lo recuerdo, ¡¿Cuándo se dejará ese tema por Dios?! Me siento como cuando Gastón dizque quiere ayudar a Maurice a encontrar a Bella y como el señor insiste con lo de la Bestia entonces Gastón se harta y le dice: “Si dices Bestia otra vez juro que te llevo con los lobos” pues así merito me siento, leo otro libro con la misma línea y lo descarto al instante, ese detalle terminó de arruinar la trama, no fue nada original y es algo que personalmente me está cansando en ciertas lecturas. En este momento les hablo como lectora, obvio se trata de un autor (a) que ya tiene su nombre con varios libros publicados, tiene un punto fuerte con su narrativa, atrapa, en serio te mete a ese mundo que quiere llevarte con su ambientación pero me pregunto si su libro “sin maquillar” sin pasar por eso que llaman “filtro” sería lo mismo porque esas palabritas si fueron cambios del editor para que el libro se mirara más “nice” y con más “caché” déjenme decirle que lo que logró –al menos en mí- fue hacer una lectura infumable a pesar de su buen lenguaje, algo que a pesar de la trama no me permite darle cinco estrellas y aún así pienso las cuatro pero es que el trabajo del autor (su historia o lo que quiso contar) no merece tampoco un tres y medio porque, a ver si nos entendemos, ¿por qué habiendo tanta palabra sencilla, entendible, que pueda digerirse sin problemas y hacer una lectura agradable insisten en arruinar una frase o diálogo? No se trata de ser ignorantes, sino de dudar del significado que se quiso dar a lo dicho, ¿se entiende? Creo que hay lenguajes exquisitos logrados en los libros, este lo tiene pero ese detalle de los sinónimos le da un bajón a todo lo demás. Como autora quienes me han leído conocen mi lenguaje a utilizar, especialmente en los libros de la saga, hay a quienes les guste pero a otros no. ¿Qué tiene de raro utilizar un lenguaje formal? Les repito algo que muchos “lectores” refutan y es “¿quién habla así?” o sea HELLOOOOOOO READERS, no sé en qué mundo viven, o en qué ambiente pero hay algo que se llama “educación” y siempre es agradable escuchar a alguien expresarse correctamente, escuchar una voz, un timbre y un ritmo que capte tu atención, “una limpia articulación” como dicen en el bel canto aunque no sea por ser “intelectual” ni por “estatus social” o su región (conozco personas de bajos recursos con los que da gusto hablar como también los conozco con dinero que parecen salidos de un “pijalito” como decía un tío) pero es que yo al menos no soporto la gente mal hablada y no me refiero a que no sepan hablar sino a que a cada tanto tiene que ir la boconada o palabrota encima, no digo que no se pueden decir (me costó escribirlas en mi más recién libro) pero reconozcan que el nivel de educación (si es que lo tienen) entonces se lo pasan como papel sanitario ya saben por dónde (y más cuando se enojan) porque es algo natural en este tipo de gente que no se puede esconder, (y tengo ejemplos clarísimos aquí en mi entorno) cada quien es libre de hablar como le dé su real gana, ¿pero llevar esto también a un libro cuando se trata de escribir? Puede ser real pero también de mal gusto y depende de la historia que se quiera contar por eso hay lecturas que las evito, en cambio leer algo más agradable da gusto, ¿por qué creen que se conoce a un individuo por su manera de hablar? Porque es lo que ha leído, obvio en tu vida cotidiana no vas a hablar como don Quijote y sus reflexiones, ni como los personajes teatrales de Shakespeare, ni con el lenguaje de Sor Juana Inés o de plano como Austen pero si de manera agradable y claro, que dé gusto escuchar y leer y que se pueda entender aunque se esté en el siglo XXI así que volviendo a esto de los sinónimos suplico encarecidamente a los autores y editores que por favor dejen ya esas palabritas “que adornan” su texto, es que si quieren hacerlo ver como el esplendor del barroco les sale –sin ánimos de ofender- como a feria de pueblo con todo y el “currunchunchun”. Si quieres decir “orgullo u orgulloso, o altivo o soberbio o arrogante o petulante o palabras así usa esas mismas como mejor te plazca, así nada más, no escarbes a ver que más hay ya que una de las palabras que más se repetía en este libro es por ejemplo “pendenciero” junto a otras tantas que yo –después de esto- las voy a evitar a toda costa porque esas pesadillas debo sacudírmelas como sea, vaya semana del libro la que me tocó y tanto que me han señalado por mi lenguaje que gusto me da saber que hay “peores” si se puede decir y si alguien así tiene editor/editorial, ¿por qué yo no? Su historia no es mejor ni peor que las mías, ¿o es que las editoriales se inclinan ya para el otro lado? 
Como autores hagamos de nuestros textos algo agradable de leer y no me refiero tanto al error ortográfico que se pueda colar (los independientes no contamos con “filtros”) sino en que no “enmascaremos” nuestro escrito como si lo escribiera Cervantes, una cosa es el lenguaje a utilizar pero otra, meter a cada tanto palabras “decorativas” que terminan volviéndose un dolor de cabeza para el lector (como me pasó a mí) porque no se concentra uno en la historia por tener que preguntarse ¿qué quiso decir? Y recurrir de inmediato al diccionario para entender y seguir con la lectura, esto jamás me había pasado y es una lástima porque tiene frases que me gustaron y son dignas de resaltarse pero que por desgracia –gracias a ese “maquillaje”- se opacó mi entusiasmo, como vuelvo a decir esto no me había pasado con un libro y espero algún día –como decía el gran Cantinflas- que tampoco me vuelva a pasar.


 






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